POR: Vanessa Guerrero Belmont
Actualmente presenciamos una situación que la mayoría conocemos, pero tratamos de ignorarla. Fingimos estar preocupados por ello, pero en realidad no hacemos nada al respecto. Compartimos los videos en Facebook, artículos, tweets, imágenes…hasta publicamos estados de ánimo sobre ello, pero en realidad, ¿qué estamos haciendo? Probablemente ya sabrán a qué me estoy refiriendo, o quizá son muchas otras cosas más las que se imaginan, pero mi objetivo hoy es llamar la atención sobre la situación que se vive en los países de Medio Oriente, principalmente en Siria.
Seis mil mujeres y niños Iraquíes han sido secuestrados por el Estado Islámico. Las mujeres para ser esclavas sexuales y los niños para ser reclutados por sus fuerzas armadas. Las mujeres están siendo vendidas como objetos, como si estuviéramos en la Edad Media traficando esclavos, y lo peor, los hombres filman videos del “mercado de mujeres” con orgullo y deseo.
Lo que intento resaltar, es que a pesar de la guerra tan terrible que están viviendo, dejamos de lado situaciones de suma relevancia. Una joven de 18 años fue capturada y usada de esclava sexual por 7 meses hasta que logró escapar. Ella cuenta que hubo una mujer que se pudo contactar con su hermana quien le dijo que como último recurso se suicidara, pero ése es el problema: que no les permiten ni siquiera suicidarse.
Recientemente apareció un video, donde mujeres Yazidis eran arrebatadas de sus maridos en un lugar público. En el video se pueden apreciar los llantos y gritos dolorosos de estas mujeres mientras las arrastran a su peor destino. Y no sólo son las mujeres las que sufren situaciones extremas, un hombre entrevistado por parte de “Jerusalem Dateline” (una página que cubre todas las noticias y sucesos recientes del Estado de Israel) cuenta que él fue obligado a unirse a ISIS cuando tenía tan sólo 15 años y que junto a muchos más niños los obligaban a llevarse a toda la gente de edad avanzada, incluso a sus propios abuelos, a hornos para ser quemados vivos.
Las mujeres para evitar ser llevadas por ISIS, tomaban medidas drásticas; unas se llegaban a quemar el rostro o partes del cuerpo para no parecer atractivas para ellos, otras, actuaban como si estuvieran locas. Las medidas a las que estas mujeres han tenido que llegar son extremas e innecesarias.
Lo fuerte sobre esto, es que no nos imaginábamos la cruda realidad en la que vive esta gente, a pesar de todas las muertes de las que sabemos, encontrar la realidad sobre su situación es lo que más impresiona, pues repetimos la historia de tiempos pasados, la guerra nos quita ese pedazo de humanidad que tenemos dentro.
Lo relevante, es que los medios del mundo entero, no le dan ni un poco de atención a estas cifras, se enfocan más en los problemas políticos o noticias manipuladas en lugar de en verdad darle el enfoque que necesitan estas situaciones, las ignoran, y eso para mí, es complicidad. El ocultar estos hechos de la gente los hace partícipes de su terrorismo. El mundo necesita saber todo lo que está pasando.
Compartiendo cosas en las redes sociales sobre este suceso, difícilmente cambiarán las cosas. En la actualidad, una monja que vive en Alemania ha decidido dar refugio y ayuda económica a las mujeres recién llegadas de Siria. Personas como ella son las que marcan la diferencia. Con solo apoyar a las organizaciones que ayudan a los refugiados, donando o fomentando su misión, su propósito, estamos haciendo algo al respecto. No nos podemos quedar de brazos cruzados cuando hay probabilidad de que nuestro país sea el siguiente en sufrir este tipo de acontecimientos.
Imaginemos que ustedes o yo fuéramos víctimas de esta situación: ¿reaccionaríamos con indiferencia, tal y como lo hacemos ahora al enterarnos de estas noticias?