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CRÉDITO FLEXIBLE DEL FMI PARA MÉXICO:

ColumnasCRÉDITO FLEXIBLE DEL FMI PARA MÉXICO:

¿Augurio de la tormenta que se avecina?

El viernes 27 de mayo, el Fondo que otorga a México desde el año 2009 para enfrentar posibles contingencias, de 67,000 millones de dólaresv(mdd) a 88,000 millones.

Este beneficio (o privilegio, como usted quiera llamarle), sólo lo tienen tres países a nivel mundial. Su vigencia es de dos años y en caso de ser necesario, Gobierno Federal podrá ejercerlo de manera inmediata y sin ninguna condición por parte del FMI. El crédito ideal, pues.

Si a esto le sumamos el monto de las reservas de divisas con las que cuenta Banco de México, estamos hablando de que nuestro país, en total, dispone de alrededor de 265,000 mdd en caso de emergencia. Oiga usted, eso no es poca cosa.

El presidente, Enrique Peña, inmediatamente salió a decir que ése crédito es un reconocimiento a la estabilidad y solidez económica que se ha alcanzado y que brinda a México “un mayor blindaje ante el entorno financiero global adverso”.

La pregunta es: ¿y realmente se trata de una bendición, de una especie de certificado de garantía de que México está mejor que otros, o también puede interpretarse como un augurio de la turbulencia que se avecina? ¿De un paraguas que nos ha sido prestado para protegernos de la próxima tormenta financiera internacional? Mi respuesta es doble, amigo lector: para mí significa las dos cosas y permítame decirle porqué.

Aunque la palabra“blindaje” me parece un exceso, una inocentada del presidente Peña, de algunos banqueros y de uno que otro analista despistado, aún así puedo decirle que, efectivamente, el crédito del FMI es un reconocimiento que pone a México en un lugar destacado dentro de las llamadas “economías emergentes” (“sumergentes”, les dicen otros).

Gracias a la aprobación de las grandes reformas económicas estructurales en 2013 debido al “Pacto por México” (la coalición de los tres grandes partidos, PRI,PAN, PRD, que destrabó iniciativas que llevaban 15 años atoradas en el Congreso), a la estabilidad macroeconómica (baja inflación, altas reservas de divisas) y al hecho de que nuestro país es uno de los que tiene más tratados y acuerdos de libre comercio firmados a nivel mundial, lo que lo convierte en un pastel atractivo para los inversionistas, entre otros factores, ha logrado diferenciarse.

Las élites saben que nuestro país se cuece aparte. Que México no es Brasil, Argentina o Venezuela. “En la India las personas preguntan sobre China, en China la gente pregunta sobre la India: ¿Qué país será más dominante económicamente en el siglo XXI? Ahora tengo la respuesta: México”, escribió para sorpresa de propios y extraños, el Dr. Thomas Friedman, uno de los columnistas críticos más reconocidos a nivel global en The New York Times.

En resumen, si usted consulta mis redes sociales (Twitter ó Facebook), se dará cuenta que en la fotografía de portada aparece la leyenda: “Si alguno de ustedes cree que que lo más difícil, lo más complicado en cuestión de la cotización del peso frente al dólar ya quedó atrás, déjeme decirle que no es así”.

Desde hace tiempo he estado advirtiendo en conferencias, comentarios de televisión, en mi libro “Turbulencia” y más recientemente, desde la aparición del primer número de “Círculo Rojo” que la aparente calma que vivimos tras la fuerte sacudida de principios de año, no duraría mucho.

Pues bien, tanto la renovación y ampliación de la Línea de Crédito Flexible del FMI, así como la anticipación con la que están actuando nuestras autoridades (y qué bueno que lo estén haciendo así), para mí son la confirmación de la hipótesis de que viene otro episodio de inestabilidad en los mercados financieros internacionales y debemos tomar precauciones.

Los marineros en la antigüedad, solían decir: “Tierra a la vista…tierra a la vista”. Lo que puedo decirle ahora, amigo  lector, es: “Turbulencia a la vista… turbulencia a la vista”.

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