En una sede alterna, los Diputados que integran a LXIII legislatura de Oaxaca sesionaron para ungir a Alejandro Murat Hinojosa como Gobernador, con lo cual burlaron las protestas del magisterio.
Alejandro Murat llegó al poder con 35% de los votos, superando a José Antoni Estefan de la alianza PRD-PAN, y a Salomón Jara, de Morena. Con su triunfo, el PRI regresó a Oaxaca después de ser vencidos en los comicios de 2010, cuando se logró por primera vez la alternancia en el estado.
La madrugada del 1 de diciembre y ante las amenazas de los integrantes de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), de manifestarse durante el acto protocolario, la asunción se realizó de manera privada.
Para tal efecto se habilitaron las instalaciones de la Corporación Oaxaqueña de Radio Televisión (CorTV) y con un estado colapsado por los 37 bloqueos carreteros que instalaron los maestros de la Sección 22 en el interior del estado que incomunicaron a Oaxaca con los estados de Guerrero, Chiapas, Puebla y Veracruz, y paralizado con la toma del Congreso local y los complejos gubernamentales de ciudad Administrativa y Judicial, Murat fue declarado gobernador a la 01:30 horas del 1 de diciembre.
“Mi compromiso es sacar adelante a Oaxaca”, refrendó en el acto en que estuvo también arropado por los Gobernadores de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, y de Yucatán, Rolando Zapata Bello; por el Presidente del Senado de la República, Pablo Escudero Morales.
Días anteriores, el Gobernador Murat, anunció en una conferencia de prensa que no habría celebración de su toma de protesta, ya que el pueblo no está para fiestas, ya que recibía un estado colapsado social y económicamente por parte de su antecesor Gabino Cué Monteagudo.
A Gabino Cué se le acusa de dejar una deuda pública superior a los 14 mil millones de pesos. El político apoyado por la alianza histórica entre el PAN, PRD, PT y Convergencia es acusado por enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias y conflicto de intereses. De acuerdo con El Financiero, Cué amasó una fortuna de 7 mil millones de pesos en tan sólo cuatro años. El mandatario saliente ha sido acusado también de tener distintas propiedades tanto en Oaxaca (donde le adjudican una mansión de lujo valuada en siete millones de dólares) como en la Ciudad de México, incluyendo un edificio en una área exclusiva de Polanco.