Con el objetivo de atender las desigualdades acentuadas por la crisis derivada de la pandemia y “contribuir al desarrollo económico y social incluyente, así como un clima favorable para la inversión”, el Gobierno de México presentó su propuesta de Presupuesto 2022, el cual contempla un aumento de 9.6% al gasto programable respecto a este año, pero no contiene claros estímulos a la inversión y el desarrollo productivo que sostengan el pronóstico de crecimiento del PIB de 4.1%, y sobre todo que permita ubicar a nuestro país en una sólida senda de progreso estable.
El paquete económico presentado por el secretario de Hacienda estima un gasto público de más de 7 billones de pesos, cuyos aumentos más considerables se distribuyen a Pemex con 12 y 7.2 por ciento a CFE, respectivamente; se espera que las inversiones de más de 362 mil 900 millones de pesos dirigidos a exploración y producción en la industria petrolera contribuyan a contener un poco su caída, pero el 70% más de recursos adicionales dirigidos a pensiones de adultos mayores ubicará este rubro como uno de los más complicados de sostener en el futuro.
La estimación de crecimiento del PIB de 4.1 para el 2022 es percibida por algunos analistas como optimista ante la incierta llegada de más inversiones y una inflación que podría ubicarse más allá de los 3.4 puntos porcentuales fijados por las autoridades; otros señalan que, incluso alcanzando mayores índices a los esperados, aun así México continuará arrastrando un lento crecimiento inercial que difícilmente podrá sostener el creciente gasto destinado a programas sociales, pero ante todo que derive en mejores condiciones de vida para todos los habitantes.
Uno de los temas que más ha llamado la atención de este plan económico es la estimación del gobierno de recaudar 280 mil millones de pesos más que durante el presente año, una apuesta centrada en una mayor eficiencia y control en el pago de impuestos. Con el objetivo de incrementar la base de contribuyentes e incorporar a personas y empresas que hoy están en la informalidad, el gobierno presentó el Régimen de Confianza, un plan para la simplificación de pago de impuestos de pequeños contribuyentes y un pago de ISR del 1 al 2.5%.
Sin lugar a dudas ésta es una de las propuestas más interesantes del proyecto, a la cual se suman los 17 puntos porcentuales más destinados a inversión física respecto a este año, que esperamos contribuyan a detonar algunas actividades productivas que permanecen inhibidas hasta el día de hoy ya que, lejos de contar con estímulos, los medianos y grandes contribuyentes del país continuarán teniendo mayores restricciones y medidas de control, así como menos oportunidad de deducciones.
Otro rubro interesante es el aumento en las transferencias federales para estados y municipios, el cual se estima en 2.11 billones de pesos, monto superior en 4.7% en términos reales a lo aprobado para 2021. Éste sería el mayor incremento registrado durante el presente gobierno, aunque aún lejos del comparativo con sus antecesores.
En resumen, el plan económico presentado por Rogelio Ramírez de la O privilegia la estabilidad macroeconómica y el destino de recursos a los programas sociales y proyectos emblemáticos de la actual administración. Se espera que el partido del gobierno y sus aliados logren su aprobación antes del 15 de noviembre, y México continúe un año más sin contar con un plan estructural para el crecimiento y desarrollo productivo del país.