¿Cómo llega Enrique Peña Nieto a su cuarto informe de gobierno? Todo sexenio tiene sus luces y sombras, sin embargo, hay un problema toral: la percepción general es que el gobierno de Peña Nieto está en su peor momento y tiene muchas más sombras que luces. Siempre existirá esa lucha entre la percepción y la realidad, pero en el caso de Peña tal parece que ni él, ni nadie en su gobierno quieren aceptar que la realidad está muy cercana a la percepción terrible que se tiene de ellos y sobre todo, que para la mayoría de los mexicanos la realidad parece haber superado ya a la ficción.
El Presidente Enrique Peña Nieto llega a su cuarto informe de gobierno con la aprobación más baja de su mandato. Su gobierno tiene “frentes” abiertos con casi todas las esferas de la sociedad, empezando por sindicatos radicales como la CNTE, seguido de los empresarios que ahora lo acusan de inacción, los medios extranjeros que no pierden oportunidad de exhibirlo y la lista parece ser interminable. En tanto que su partido, el PRI, fue aplastado en las pasadas elecciones de junio, perdiendo tres estados clave: Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo, al tiempo que sus gobernadores son exhibidos políticamente por acusaciones de corrupción. Por si fuera poco, el amigo personal del Presidente Peña, titular de la CONADE, Alfredo Castillo parece esmerarse por pasar a la historia como el peor titular de ésta dependencia dejando en ridículo a la delegación mexicana de éstas olimpiadas de “Río 2016”, en las que han abundado los escándalos y malos resultados. En medio de ésta tormenta desastrosa hay un factor que empeora aún más las cosas: Peña cree fervientemente que todo está bien y que hay un malhumor social que critica a su gobierno, sin fundamento.
En una reciente entrevista el Presidente Enrique Peña Nieto habló con Joaquín López Dóriga sobre la casa blanca de Las Lomas de Chapultepec, que todos recordamos fue adquirida a través de un contratista del gobierno federal, y al respecto Peña dijo: “Es un tema que, como es conocido, no se trató de una ilegalidad. Sin embargo fue un hecho que generó percepción de que se había hecho algo equivocado. Por eso yo, no hace mucho, y en más de una ocasión, ofrecí una disculpa por lo mucho que este tema había lastimado a las instituciones, la credibilidad de las instituciones, la credibilidad del gobierno. Porque si bien, como se hizo una investigación (la de la Secretaría de la Función Pública) fue un hecho que no incurrió en ninguna ilegalidad, sí generó una percepción… de corrupción”, reconoció el presidente. Y justamente éste ejemplo sirve para sintetizar el problema general que hoy en día
tiene el gobierno federal, se niegan a creer en que en la realidad hay un grave problema de credibilidad y se quieren excusar para todo en el argumento de que la realidad es otra y que lo que tienen es un problema de “percepción”. Sin embargo, esto es falso, ya que sí hay una debacle de fondo en este gobierno y ésta se ve acentuada en la medida en que sus actores se siguen negando a reconocer que han tocado fondo.
Por esta razón este será sin duda el peor de los informes (hasta ahora) de Peña Nieto. Especialistas, analistas y académicos coinciden en que el gobierno de Peña se quedó en su victoria de sacar adelante las reformas estructurales (13 en total) pero fueron incapaces de seguir adelante en la implementación y fueron absorbidos por los escándalos de corrupción.
Hoy en día ya son varias las encuestas que colocan a Peña Nieto como el más impopular desde el Gobierno del ex Presidente Ernesto Zedillo. Basta citar la encuesta publicada por Grupo Reforma el pasado 13 de agosto en la que se reflejaba una desaprobación del 74 por ciento de los mexicanos a la manera en que Peña Nieto realiza su trabajo.
Por si fuera poco, el diario británico The Guardian publicó una nota en la que se infería que el departamento número 404 del Ocean Club en Key Biscayne propiedad del empresario mexicano Ricardo Pierdant era usufructuado por la primera dama, Angélica Rivera. Esto nuevamente revivió el escándalo de la “casa blanca”, y aunque fue un tanto infundada la información publicada por el rotativo inglés, nuevamente la percepción con la que se quedó la ciudadanía fue de intriga y desconfianza. Y todo parece indicar que éste tema seguirá dando de qué hablar si tenemos en cuenta lo que ha agregado a éste respecto la televisora Univisión en un reportaje en el que afirmó que: “La Primera Dama Angélica Rivera ha reconocido anteriormente que compró la unidad 304 del mismo edificio en 2005 por 1.8 millones, pero no se había revelado el arreglo con Pierdant. Ella compró su departamento con un crédito bancario en 2005, mientras estaba casada con el productor televisivo José Alberto Castro. Aunque el acuerdo con el banco le permitía hacer pagos en cuotas por la propiedad hasta 2035, liquidó los 1.3 millones que le restaban de adeudo en 2011, dos meses después de haber contraído matrimonio con Peña Nieto”.
Además de las reformas estructurales, el gobierno federal solía defender sus resultados criticando la política de seguridad del sexenio anterior. Sin embargo, el gobierno de Enrique Peña Nieto suma ya más desaparecidos en tres años y cuatro meses que todo el sexenio del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa. Durante la administración actual 13 mil 771 personas han sido desaparecidas, 299 más en comparación con las registradas durante toda la gestión de Calderón, indican las cifras del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED).
Por otra parte, la que se suponía que sería la reforma más grande del sexenio, la Energética, no logró
“cuajar”. La gasolina está más cara, la luz sigue subiendo y por si fuera poco la meta que tiene México
de generar el 25 por ciento de la electricidad mediante energías limpias para el 2018 está muy lejos
de lograrse si se tiene en cuenta que hoy en día apenas lo hacemos con un 15 por ciento.
Finalmente lo más importante es la economía, como dice la frase legendaria de Bill Clinton: “es la
economía estúpido”. Y en ese sentido el gobierno federal no tiene nada que festejar. De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), entre el año 2012 y el 2014, los pobres aumentaron de 53.3 millones en 2012, a 55.3 millones en 2014. Es decir, a pesar de las reformas, hay más pobres. Pero para esto tiene una interesante explicación el economista de la Universidad Autónoma de Chiapas, Gerardo Coutiño Montes, quien dijo en una reciente entrevista
que “sucedieron las reformas y no pasó nada. ¿Por qué? Porque el saldo de su gobierno a dos años
de terminar es lamentablemente de una percepción de un gobierno cleptómano. O sea la gente tiene la
percepción de que es un gobierno ladrón”. Es decir, como bien lo indica Coutiño Montes, el problema de
fondo es la percepción de corrupción y la desconfianza que eso entraña. Si el Presidente Peña Nieto llega a este cuarto informe sin hacer cambios en su gabinete, sin aplicar el estado de
derecho y sin apretar donde se tiene que apretar, su legitimidad seguirá pulverizándose y su sexenio estará acabado antes de tiempo. Podrá seguir siendo presidente, pero no necesariamente gobernando. Al
tiempo.