La influyente revista inglesa es dura con Peña, y también con su equipo: “A algunos líderes les gusta que sus gobiernos estén compuestos por equipos de rivales, o por especialistas brillantes bajo un mismo techo o un mismo nido. Esas no son las preferencias de Enrique Peña Nieto, Presidente de México desde el año 2012. Él gobierna a través de un círculo estrecho de ayudantes fieles, muchos de los cuales trabajaron con él cuando era Gobernador del Estado de México”.
La influyente revista The Economist trata con gran dureza al Presidente de México, Enrique Peña Nieto, en un texto publicado en la edición que salió ayer en Gran Bretaña. Y es igualmente dura con su equipo de colaboradores, a quienes señala como “incondicionales” pero no “brillantes”.
Dice que la visita de Donald Trump, que fue arreglada por Luis Videgaray Caso, Secretario de Hacienda, fue un error. Y asegura que:
“Al permitir que su visitante luciera ‘presidencial’, ha ayudado a Trump a realizar algunas correcciones retóricas que eran electoralmente inevitables. Incluso si Clinton gana, no va a agradecerle a Peña por esto. Si resulta que ha ayudado a Trump a ser elegido, muchos mexicanos no lo perdonarán, ni a él ni a su partido [el PRI], y tampoco lo hará la mayor parte del resto del mundo”.
El texto de la revista es titulado así: “Lo indecible y lo inexplicable [The unspeakable and the inexplicable]”.
Trump, mirando menos entusiasta de lo habitual, respondió que los mexicanos son “gente increíble”. “Peña puede reclamar algún crédito porque su visitante alejó su amenaza previa para disuadir a las empresas estadounidenses de construir plantas en México. Esto es ahora una promesa ‘para mantener la industria en nuestro hemisferio’, una concesión significativa. Sin embargo, otro de los ‘compromisos compartidos’ que Trump leyó, sin réplica, era ‘el derecho’ a un muro en la frontera para impedir la entrada migrantes. Al menos tuvo el tacto en esta ocasión de no preguntar a su anfitrión quién pagaría por ello, a pesar de que todavía es parte de su política”.
La invitación a Trump, agrega The Economist, olía a un intento por parte de Peña para distraer la atención de los innumerables problemas internos que enfrenta. La economía sigue decepcionando. El gobierno se divide de forma visible en cuanto a cómo manejar una rebelión de maestros extremistas contra su Reforma Educativa tan importante. El crimen organizado está aumentando de nuevo. Una nueva acusación de conflicto de intereses ha surgido en relación con la Primera Dama, la cual involucra la adquisición de un piso en Miami (que ella niega poseer). Y el señor Peña ha sido acusado de plagio de su tesis para obtener el título de abogado (una afirmación de la universidad ha confirmado). Incluso antes de los últimos dos escándalos, su índice de aprobación había caído 23 por ciento, el más bajo registrado para un Presidente mexicano este siglo. Esa es la cosecha de su peculiar y provincial forma de gobernar”.
FUENTE: ANIMALPOLÍTICO