De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) el término BEPS significa por sus siglas en inglés Base Erosion and Profit Shifting que traducido al español quiere decir Erosión de la base imponible y traslado de beneficios.
Dicha erosión de la base imponible y traslados de beneficios son propiciados por la existencia de lagunas o mecanismos no deseados entre los distintos sistemas impositivos nacionales de los que pueden servirse las empresas multinacionales, con el fin de hacer “desaparecer” beneficios a efectos fiscales, o bien de trasladar beneficios hacia ubicaciones donde existe escasa o nula actividad real, si bien goza de una débil imposición, derivando en escasa o nula renta sobre sociedades. Derivado de lo anterior BEPS representa una verdadera amenaza para la tributación internacional, ya que existen muchas empresas que tienen la posibilidad de operar en diversas naciones lo que provoca que en muchas ocasiones se caiga en el abuso del BEPS en perjuicio de la cada nación y en general de la fiscalidad internacional.
Cada nación tiene su legislación tributaria doméstica, mediante la que impone a las personas la obligación de contribuir. No obstante, muchas de esas personas realizan operaciones en más de una nación, situación que podría acarrear el problema de la doble tributación. Por este motivo las actuales normas se han modificado para evitar éste fenómeno, sin embargo y desafortunadamente el hecho de que en las normas se busque evitar la doble imposición, genera en muchas ocasiones la doble no imposición. Y es que el hecho de que las legislaciones de cada país tengan reglas particulares que al enfrentarlas con otras legislaciones llega a generar recovecos de los que las trasnacionales se valen para disminuir y en algunos casos evitar el pago de impuestos.
Los BEPS afectan a todas las naciones en las que se presentan, ya que no es fenómeno privativo de los países en vías de desarrollo. Además son complejos de combatir, ya que en muchas ocasiones no son ilegales. Es bastante difícil de afrontar, ya que no se está enfrentando a un ilícito, simplemente las legislaciones de cada país al no ser armónicas generan espacios que son utilizados por estas empresas. Muchas de estas entidades al tener gran cantidad de recursos económicos, pueden destinar parte de ellos a pagar a los mejores especialistas que están buscando en todas las legislaciones los espacios para poder generar un BEPS.
En estos momentos nos enfrentamos a legislaciones domésticas que no se encuentran a la altura de la economía internacional, donde prevalece la globalización y flujo acelerado de capitales que están en constante movimiento entre diversas naciones. Por tal motivo la OCDE, el G-20, entre otras agrupaciones han intensificado sus esfuerzos por el combate a los BEPS, sin embargo la lucha no ha dado los frutos esperados.
Las consecuencias de los BEPS son perjudiciales para cualquier gobierno y en algunos casos pueden tener resultados muy graves. En la mayoría de naciones que se sufren los BEPS se debe recurrir al incremento de impuestos, a una fiscalización más agresiva y en el peor de los casos los gobiernos tienen que recurrir al recorte de gastos, mediante el abandono de proyectos de infraestructura o la disminución de la burocracia. Ambas situaciones generan serios problemas a la economía primeramente nacional y posteriormente a la economía global.
Si bien la afectación por los BEPS alcanza a la mayoría de las naciones, son las que se encuentran en vías de desarrollo las que reciben una afectación mayor. Por este motivo son las que deben poner un mayor énfasis y compromiso en la adecuación de sus legislaciones domésticas para detener el embate de los BEPS. De acuerdo al Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría: “BEPS está privando a los países de preciados recursos para hacer despegar el crecimiento, abordar los efectos de la crisis económica global y crear más y mejores oportunidades para todos. Pero por encima de esto, BEPS ha erosionado la confianza de los ciudadanos en la imparcialidad del sistema tributario mundial. Las medidas que presentamos hoy representan los cambios más fundamentales en las normas fiscales en casi un siglo: pondrán fin a la doble no imposición y facilitarán una mejor alineación de la fiscalidad con la actividad económica y la creación de valor. Cuando estas medidas sean implementadas en su totalidad, las estrategias de planificación tributaria inspiradas en BEPS resultarán ineficientes…” recalcó Gurría.[1]
Al respecto la OCDE el pasado mes de octubre del 2015 presentó el paquete definitivo de medidas para llevar a cabo una reforma integral, coherente y coordinada de la normativa tributaria internacional. En el proyecto mencionado se sugieren soluciones que deben adoptar los estados para limitar los vacíos normativos que son generados en las normatividades tributarias y que dan vida a los BEPS.
Los trabajos para dar respuesta a los BEPS que hemos mencionado se remiten al Plan de Acción BEPS que se presentó por la OCDE en 2013 y que se basan en tres pilares o líneas de actuación fundamentales:
- Dotar de coherencia a aquellas normas de Derecho interno que abordan actividades transfronterizas;
- Reforzar las exigencias de actividad sustancial en los actuales estándares internacionales para así establecer la conexión entre los tributos y el lugar de realización de las actividades económicas y de creación de valor y;
- Mejorar la transparencia y seguridad jurídica para empresas y administraciones.
El paquete definitivo de medidas BEPS incluye nuevos estándares mínimos tales como: los “informes país por país” (country by country reporting) que brindarán a las administraciones tributarias una visión global de las operaciones de las multinacionales; la prevención del abuso de los tratados, “treaty shopping”, para suprimir el uso de sociedades canalizadoras de inversiones (tipo conduit); la limitación a las prácticas tributarias perniciosas, principalmente en el ámbito de la propiedad intelectual; procedimientos de acuerdo mutuo efectivos, para garantizar que la lucha contra la doble no imposición, también llamada desimposición, no vuelva a generar de doble imposición.
El paquete BEPS incluye medidas sobre la aplicación de los precios de transferencia para evitar a las denominadas cash boxes, que son sociedades establecidas en países de baja imposición, y que sirven para evitar impuestos sobre sus beneficios. Además se redefine el concepto clave de establecimiento permanente (EP) buscando poner fin al uso de acuerdos que impiden determinar la existencia de una presencia fiscalmente imponible en una determinada nación por remitirse a una definición obsoleta. Este instrumento podrá ser firmado por todos los países interesados en 2016.
“Todo el mundo tiene interés en contrarrestar la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios. El proyecto BEPS ha demostrado que todas las partes interesadas pueden aunar esfuerzos para el cambio. La rápida implementación por parte de los gobiernos asegurará un entorno fiscal internacional con mayor certeza y sostenibilidad para el beneficio de todos, no de unos pocos”.[2]
Es una batalla difícil, sin embargo, desde nuestra perspectiva se requiere de voluntad por parte de los gobiernos de los países, pero también es necesaria la participación de la industria privada para lograrlo. Los BEPS afectan a los gobiernos, a las empresas, a la población y a la economía en general. Los que utilizan los BEPS buscan beneficios que causan estragos a su economía situación que tarde o temprano se les va a revertir, cuando su economía se encuentre tan afectada que sus ingresos se vean mermados. Por este motivo, consideramos indispensable la participación de todos los sectores de la población para revertir el efecto de los llamados BEPS.