El túnel ferroviario de San Gotardo, se convirtió en el más largo del mundo con 57 kms de recorrido.
Los líderes de Alemania, Austria, Italia y Francia, vecinos de Suiza, acudieron este miércoles a la inauguración del túnel ferroviario de San Gotardo y elogiaron a este país por haber culminado esta colosal obra, que favorece la unidad de Europa, dentro de los plazos y con el presupuesto previstos.
El de San Gotardo se convierte desde hoy en el túnel ferroviario en operaciones más largo del mundo, con 57 kilómetros de recorrido; en el más profundo, al ubicarse a 2.300 metros por debajo de la masa rocosa, y dotado de la tecnología necesaria para que lo crucen trenes de alta velocidad.
El túnel ferroviario de San Gotardo, que atraviesa el macizo homónimo en los Alpes suizos, fue inaugurado en una ceremonia encabezada por el presidente de la Confederación Helvética, Johann Schneider-Amman, quien dio la señal de partida a los dos primeros trenes que entraron por ambos extremos de la obra.
“¡Qué pasen los trenes!”, dijo el presidente suizo en las cuatro lenguas nacionales (alemán, francés, italiano y romanche).
Por su parte, el presidente francés, François Hollande, como lo hicieron a su manera cada uno de sus colegas invitados a la inauguración del túnel, destacó el impacto positivo de esta obra para la economía en general, y para el comercio y el turismo, en particular.
El presidente subrayó que Suiza ha creado así una gran infraestructura “que favorecerá la economía de toda Europa, para luego hacer alusión a la discordia existente entre Suiza y la Unión Europea por la intención de restringir el acuerdo que existe entre ambos para la libre circulación de personas.
Suiza se ha visto forzada a plantear la renegociación de ese acuerdo tras el resultado de un referéndum celebrado en el país a principios de 2015.
“La libre circulación de personas y de mercancías es muy importante, es una dinámica que hay que impulsar, incluso en países que no están en la Unión Europea, pero sí en Europa”, sostuvo Hollande.
Del túnel y de la libre circulación también habló en su discurso la canciller alemana, Angela Merkel, quien consideró que esta obra invita a “ver sobre todo las cosas que nos unen, y el túnel de San Gotardo es un símbolo de esto”.
“Debemos proteger nuestras fronteras europeas, pero nuestras fronteras internas resurgen y es lamentable para la integración europea”, señaló luego en alusión a las medidas de cierre de fronteras aplicadas por algunos países ante la llegada de refugiados.
“Es una maravilla técnica… una obra de superlativos”, opinó Merkel al expresar su admiración por la obra, que reducirá, por ejemplo, el tiempo de desplazamiento entre Alemania e Italia.
Los cuatro dirigentes europeos fueron pasajeros en el tercer tren que atravesó el túnel, que con sus 57,1 kilómetros es el más largo del mundo, así como el más profundo, ya que en su punto más bajo pasa 2.300 metros por debajo de la roca montañosa.
El tren que llevó a los dignatarios partió del extremo norte del túnel, en la localidad de Erstelfd (cantón de Uri) con dirección a Polleguio (cantón del Tesino) en un trayecto de 20 minutos.
Por esta razón, el túnel de San Gotardo no sólo es visto como una proeza de ingeniería y un enlace neurálgico en el transporte entre el sur y el norte de Europa, sino también como un símbolo de unidad entre las distintas zonas culturales y lingüísticas que componen la Suiza moderna.
El objetivo ahora es que Suiza y la UE acuerden incentivos para favorecer el transporte ferroviario frente al de los camiones, que resultan más caros, requieren más tiempo y son una fuente importante de emisiones contaminantes.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, también encomió los esfuerzos de Suiza en la construcción de esta infraestructura, que se conectará en el futuro con la red ferroviaria de su país, que está en plena expansión y mejora.