Por Gustavo Adolfo Arballo Luján
Presidente Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción
La economía mexicana requiere de un impulso en su mercado interno y la reactivación de los diversos sectores para hacerle frente a un entorno global que ha venido afectando a nuestro país. La volatilidad del tipo de cambio, la incertidumbre internacional, los precios del petróleo ha modificado la planeación de autoridades mexicanas para la inversión productiva y por ende ello afecta a todas las ramas industriales
Nuestro sector de la construcción no ha estado ajeno a todo este contexto. Incluso nuestra perspectiva de crecimiento también se podría ver afectada para este 2016, dadas las condiciones generales de la economía.
Durante los primeros cuatro meses de 2016 la industria de la construcción registró un crecimiento promedio de 2.4%, sin embargo, las cifras mensuales reflejan una tendencia a la baja en la actividad productiva de la construcción. Con ello, la expectativa para este 2016 se perfila en un 2.1% de crecimiento siempre y cuando no hayan más situaciones extraordinarias y se tenga eficiencia en el gasto de inversión.
En la parte del empleo de la construcción, el ritmo de crecimiento se ha reducido pero sigue habiendo movimiento hacia arriba en el número de inscritos al IMSS.
La reducción en el crecimiento económico de la construcción se ha reflejado con mayor vehemencia en 5 de los 7 estados que conforma la región Sur–Sureste (Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Tabasco y Campeche), los cuales en su mayoría dependen del impulso que les da la obra pública y por el clima de inestabilidad social que en ellos impera.
Por lo anterior, hemos entablado líneas de comunicación con los gobiernos electos en las entidades donde hubo elecciones y comenzado a desarrollar planteamientos a favor de la transparencia y para eliminar conductas irregulares como la corrupción. Parte de este esfuerzo también lo hacemos nosotros en la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción con nuestro Observatorio que vigila en todo el país todos los procesos licitatorios.
México vive tiempos de cambio. Muchos debemos aprovecharlos y convertirlos en oportunidades en beneficio del sector y para fortalecerlo.
Es precisamente en esta coyuntura tan compleja que los organismos empresariales debemos convertirnos en auténticos supervisores del cumplimiento de la palabra empeñada de autoridades y también de señalar y cuestionar a quién no cumple con su trabajo tanto en gobierno federal como en las regiones, estados y municipios.
Mi preocupación como empresario y dirigente nacional de los constructores es que requerimos de mayor transparencia y un combate frontal a la corrupción, porque nos interesan políticas pú- blicas que generen las condiciones necesarias para la inversión en construcción e infraestructura tanto pública y privada.
Por ello, en estos meses le he dado especial atención a que nuestra Cámara juegue un rol protagónico en el impulso de políticas públicas que ayuden a reactivar a nuestro sector de la construcción. He acompañado a muchos de los liderazgos estatales para hacer mancuerna frente a las autoridades y con una visión innovadora busquemos generar beneficio para un sector que cada vez requiere de mayor impulso.
Hoy que somos un sector clave y estratégico, entendido y considerado así por la propia Secretaría de Economía, debemos darle continuidad a una visión de futuro que le da rumbo a nuestras acciones y sobre todo para re impulsar la actividad económica de las regiones, de cada estado y de cada ayuntamiento.
La actividad industrial del sector de la construcción es fundamental para que múltiples ramas de otros ámbitos económicos generen empleo y desarrollo de las economías locales.