En la reciente Feria Turística de Londres, Tulum ha levantado no solo expectativas sino también interrogantes. Bajo los reflectores de la World Travel Market, el municipio se presentó como el pilar del turismo en el sureste mexicano, apalancado en el controversial Tren Maya.
Jorge Molina Pérez, el Director de Turismo y Economía de Tulum, articuló una visión de crecimiento y bienestar en el contexto de esta feria internacional, destacando la gama de oportunidades para jóvenes y mujeres en el sector, así como el impulso a empresas confiables para enriquecer la oferta turística.
Sin embargo, surge una reflexión crítica: ¿Estamos ante un verdadero renacer turístico que beneficiará a la comunidad local de Tulum o frente a un espejismo de progreso que se diluirá en la complejidad del desarrollo sustentable? Los proyectos como el Tren Maya, que prometen revolucionar el flujo turístico y económico, deben ser evaluados más allá de los aplausos en ferias internacionales.
La promesa de que el Tren Maya aumentará la visibilidad y accesibilidad a Tulum conlleva un peso enorme: la responsabilidad de un desarrollo que no comprometa los delicados equilibrios ecológicos ni la cohesión social de la región. ¿Cómo equilibraremos crecimiento económico con protección ambiental y equidad social?