Por: Vanessa Guerrero Belmont
Estamos en una época donde volvemos a ver la discriminación de cerca. En Estados Unidos, los mexicanos somos acusados por famosos políticos de “robar trabajos de los ciudadanos estadounidenses”, pero, ¿qué tan cierto es esto?
Los mexicanos en Estados Unidos, incluidos los de segunda y tercera generación, contribuyen con 8% del PIB de Estados Unidos (Fundación BBVA Bancomer, 2012). Los inmigrantes mexicanos son empresarios que generan empleos: 40% de las empresas del Fortune 500 fueron fundadas por inmigrantes de primera y segunda generación. Éstas crean 10 millones de empleos.
De acuerdo con un estudio de Partnership for a New American Economy (PNAE), 28% de los negocios creados en 2011 son propiedad de inmigrantes, y emplean a 10% de los trabajadores estadounidenses. Los mexicanos representan 12% de los inmigrantes dueños de pequeños negocios en Estados Unidos. Alrededor de 570 mil empresas en Estados Unidos, más de 1 de cada 25, son propiedad de inmigrantes mexicanos, y generan anualmente 17 mil millones de dólares en ingresos.
Según el Center for American Progress, las mujeres inmigrantes son más propensas a tener su propio negocio que las mujeres nacidas en Estados Unidos, 9% en contraste con 6.5%.
Con estos datos, nos queda más que claro que la mayoría de los mexicanos no van a robar empleos si no a generarlos. Incluso, una reportera del sitio web AJ+, entrevistó a trabajadores mexicanos en Arizona, y al mencionarles la declaración que los ciudadanos contestaron “No venimos a robar empleos, sino a trabajar duro”.
Esta afirmación me resulta muy acertada pues, la población mexicana que se encuentra allá está más concentrada en los trabajos duros, los que podemos llamar los empleos que los estadounidenses no quieren hacer.
Cabe resaltar que en el erróneo intento de expulsarlos del país, los mismos residentes con grandes negocios pierden su mano de obra. Un empresario de nacionalidad estadounidense fue entrevistado y mencionó que después de las nuevas leyes en Arizona perdió a muchos empleados esenciales en su fábrica, que a pesar de tener sus papeles, por el simple hecho de tener familiares indocumentados, se fueron a otro Estado que para ellos era más tolerante con los inmigrantes.
Sin embargo, no sólo amenazan con echarlos del país, en EU se vive día a día la xenofobia hacia los mexicanos. Aprovecharemos la polémica del caso de Donald Trump para dar un claro ejemplo de un ya famoso discurso donde logró transmitir el odio oculto hacia los extranjeros: “Cuando México nos manda su gente traen drogas, crimen, son violadores”.
De lo que al parecer no está enterado el Señor, es que todos los mexicanos en su país son ya un pilar importante para su economía. Pero claro, no pueden aceptar el hecho de que gente de otra nacionalidad puede hacer el esfuerzo que hace falta de muchas otras personas residentes en su país. Además, el crimen en Estados Unidos siempre ha sido una realidad, no existen cifras de que desde la llegada de indocumentados a su país se haya incrementado.
El miedo de Trump más bien reside en que mexicanos sean capaces de ocupar empleos que sus ciudadanos no pueden.
No obstante, por consiguiente, estaremos de acuerdo que las personas en contra de ilegales, pueden llegar un acuerdo más ético sobre cómo reducir el número de ilegales en su país.
Un ejemplo de “progreso” hacia esto, es la propuesta de ley hecha por el presidente Barack Obama “S 744” la cual da prioridad a los migrantes que considera que le convienen. Premia el mérito aunque excluye a una gran cantidad de aspirantes a la ciudadanía, pues solo pueden acceder a ella indocumentados que no han salido de EU desde hace más de 13 años.
Según EXPANSIÓN, la ONU encabezó una discusión para ayudar a los inmigrantes con varias propuestas, entre las que resaltan: Prohibir la detención de migrantes jóvenes, agilizar el acceso a permisos de residencia y ciudadanía y acabar con los intermediarios explotadores.
Esto es un ejemplo de que sus problemas de ilegales, se pueden solucionar de una manera menos conflictiva, pero claro que la soberbia de varias personas que encabezan el gobierno Americano, nublan la visibilidad de oportunidades para en verdad hacer crecer al país sin golpearse con su mismo puño.